jueves, 21 de febrero de 2019

Los noventas, reseña de @Ed_M_Undo

MTV era ese lugar para conseguir tatuajes gratis. Armaron un imperio con tatuadores haciendo esperar a la gente en un pequeño cuarto con una televisión sintonizada en MTV. Buen público. Era un lugar para hacerse famoso. Los primeros youtubers. Para muchos MTV era cine barato. Te daban libertad creativa si lo hacías pro-bono. MTV era el portafolio del diseñador de los noventas. Ahí te animaban tu creación. Vanguardia pura. No nos hemos dado cuenta que MTV es todo nuestro mundo. Que si a los padres les encanta odiar a un cantante para que el resto de música perjudicial entre por la puerta, crea a Maluma. Hace que se enamore el rockero de la salsera y de su amor nacía una punkera. Punkerita. Era cine experimental. Fue escaparate de los mejores directores de hoy. Cuando era adolescente veía videos musicales de Spike Jonze. Era el chico nuevo. Las bodas de Hollywood se cuentan en cuenta regresiva. MTV era Youtube en los 80s. Nuestro padres lo odiaban. Ahora nosotros crecimos y odiamos el reguetón. Es la fórmula binaria de MTV para alejar a los mayores, cosa que no logró Facebook. Aparecer de extra en un video de MTV era el Facebook de los 90s. Todo era prefabricado. Pero era creatividad gringa. Era la cultura pop en directo. Cotizaba en la bolsa. Nada era un no pero todo era un quizás. Era la máquina de mercadotecnia musical. Se contrataban espacios para que pase el video de tu banda al público que escogieran. Era máquinas de segmentación. 24 millones de people meters. Vanagloriarse tenía un nuevo adjetivo. MTV era para todas las edades. Los chicos lo amaban. Los padres lo odiaban.

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