sábado, 21 de diciembre de 2019

See you at 28. Rant de @Ed_M_Undo

Ser diseñador es estar insatisfecho. No quedar feliz con ningún estilo gráfico preexistente. Claro que puedes contemplar una obra del Barroco o algo de los Impresionista, pero solo como inspiración. Lo que puedes aprender de los clásicos era el propósito. Su zeitgeist era la religión. La búsqueda de lo oculto. La era pre-ciencia. Los antiguos le preguntaban a Dios ¿por qué? El propósito del diseño. Al crear el contenedor puedes darle cabida a un solo sentido. La postura. Su experiencia sacerdotal al entregarte en cuerpo y alma a un solo trabajo en tu vida: encontrar a Dios. Una buena parte de la historia de la humanidad se puede llamar Teología, el estudio de Dios. Un solo concepto, una sola idea, reglas claras que en su caso se llaman mandamientos. Testimonios de hombres que los cumplieron y tuvieron sus recompensas y de quienes que lo negaron, pagando las consecuencias. Cientos de historias de hacer bien las cosas y hacerlas mal, pero en ignorancia, o sea, no sabiendo. Saber o no saber. Entenderlo todo. El trabajo más difícil que debió tener alguien en la historia de la evolución fue el sacerdote que lamió todo en la selva. El que descubrió que lamer cierto sapo amazónico causaba alucinaciones. Frog high. Parte de rituales de madurez de tribus ancestrales. El saber intrínseco. Entendiéndolo todo. Ver los códigos invisibles en todo lo creado. El patrón del diseño. El que diseñó el sapo. El que creó al aborigen. Seres iluminados. Las primeras tribus modernas fueron aquellas que hicieron el upgrade a pensamiento superior, hackeando la evolución, llevándonos a un nuevo nivel. Entendido todo. Descubrirlo todo. Zeitgesit: conquista. Los antiguos le empezaron a preguntar a Dios ¿cómo? Medirnos como planeta, como un todo. Siglos de circunnavegación y décadas de carrera espacial. Nos medimos por dentro y por fuera. Nos dimensionamos. Supimos que nuestra repercusión en el universo aún era incuantificable, infinesimal. Ese día empezó la carrera humana. Ya valía tomarnos nuestra galaxia: nuevas materias primas, cero impuestos, nuevos mercados en la tierra para lo aún no imaginado. Llegar primero. Colonizar. Financiar la conquista. Flash forward, el norteamericano llega a la Luna y confirma lo que todos temíamos. No hay nada en la Luna. Pero de esa distancia, nuestro planeta es inmenso, inconmensurable, infinito. Empieza la carrera por dimensionar al hombre, que en físico es cuantificable pero en lo subconciente hay todo universo por descifrar. La mejor forma de graficarlo el mostrar una nave a otro planeta, pero ese planeta en realidad es nuestra conciencia. Mientras más despiertos, más consumimos. Pero más generamos. La maquinaria de la invención. La industria de la imaginación. Solo necesitamos dinero para crearlo todo. La economía naranja. Cada vez más creadores. Creando. Y yo diseñador. Reseteando mis ideas una y otra vez el mismo trabajo. Suplicio de Tántalo. No poder alcanzarlo. Lo creo, me enorgullezco, se lanza, lo veo, me doy cuenta que pude hacer algo más y empiezo de nuevo. El zeitgeist del diseñador es el origen. El mundo en manos de diseñadores es un mundo en constante evolución. No hay zeitgeist de estos tiempos por que el futuro es el presente que está sucediendo. lo del diseño y el diseñador haría que nuestro zeitgeist es Munchausen by proxy. Perduramos en el tiempo. Antes se nos morían temprano. Nunca pensamos en decirle a Cobain see you at 28.