sábado, 26 de marzo de 2022

Obra y gracia - autor: @Ed_M_Undo

Diáspora nunca fue un buen nombre de niña.

Pero sí lo sería en una adulta bipolar.

Recuerdo el día que de niña mi madre me sacó del partido de fútbol por estar sentada junto a la cancha. Me acusó de no esforzarme por ser escogida. Ese día aprendí que seguir las reglas no era una buena idea. 

Di.

Te advierto. Los plot twists me persiguen.

Di era el nombre que amaba. Solo me lo decía la gente que me amaba. No muchos, no muchas, pero los necesarios. Mi corazón latía cada vez que ponía seguro en mi puerta. Porciones descomunales de nimiedades. El simple hecho de que tu nombre no pertenezca a esta dimensión me volvía extraterrestre. Por eso me encantaba Di. Di me hacía mundana.

Ahora, no pertenecer a este espacio tenía sus ventajas. Ser invisible ante los desconocidos. Siempre imaginé que no generaba producción de dopamina en la gente que me veía. Quién sabe. Invisibilidad. El oro intangible. 

Dejé de creer en la religión cuando me di cuenta que el deseo que Dios les de cáncer a mis enemigos nunca se iba a realizar. Al menos no hasta este momento. Sería delicioso empezar a ver el pelo caer a mis enemigos un día al enterarme que todos estaban haciendo quimioterapia al mismo tiempo. Obra y gracia.

Las reglas no miden muy bien las responsabilidades. Tanto tiempo perdido en hacer bien las cosas. Al final nadie mide el resultado, solo la presencia. Barroco. Estar tan llena que no se pueda sentir nada, ni lo bueno, ni lo malo. Dark age. 

Una patinadora sobre hielo con un arma en la mano toda su coreografía. Para que los jueces piensen 2 veces su votación.

Pero esta historia es sobre mi, no sobre lo que pienso.