lunes, 30 de junio de 2014

Vuelto realidad, por @bebaferrerira


Siempre fuimos soñadores, a veces demasiado ingenuos, otras reconociendo a la fantasía y otras tardando en encontrar la realidad, pero seguíamos, siempre dando pasos de gigante como si nunca fuéramos a despertar. Tú imaginando que las aves siempre volaban y que el cielo no era más que un brochazo de color y yo recordándote la realidad. Eramos soñadores, pero siempre supe despertar.


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sábado, 28 de junio de 2014

Oro, Mirra, Incienso por @Ed_M_Undo


Por qué 3 reyes viajarían tanto para dar tan poco? Yo entiendo que el hijo de Dios había nacido pero no pueden creer que el regalo era una recompensa. En antiguos tratados acerca de la vida en el año cero se reconoce que los regalos sirvieron para criar al Mesías hasta los 11 años. Pero piense un poco más profundamente, que tal sí, esos regalos eran algo más? Qué tal si eran partes de un todo? la sinécdoque de un cosmos?

Qué tal si el oro, la mirra y el incienso fueron los nombres que se le dio en esa época a elementos desconocidos? Y si los 3 se unían para crear un artefacto? No estaría en buenas manos si se lo daban nada menos que al hijo de Dios? El hombre más inteligente de la historia de la humanidad? El que usaba el 100% de su capacidad intelectual? Cuánto le habría tomado descifrar el orden en que iban a ser reemplazados?


No existe en el Génesis un capítulo en el que Jesús desaparece de una caravana y reaparece al tercer día? Y si ese artefacto lo permitía viajar en el tiempo?

Es posible que hayamos logrado en el futuro viajar al pasado al año cero a cambiarlo todo?

martes, 24 de junio de 2014

La excusa por @bebaferreira

Ella se sentó frente a él, se les había hecho costumbre esto de sentarse a hablar; ella cogió las excusas que él le había dado, les quitó el polvo, les pasó un trapo y decidió pintarlas de azul. Tan bien lo hizo que quedaron como nuevas.

Después de todo el esfuerzo y arduo trabajo, -ella ya cansada-decidió ponerlas en la mesa y se fueron a dormir. Hubiera sido un error no perdonar a ese hombre que la amaba tanto.

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domingo, 22 de junio de 2014

Vendaval: Cómo se conocieron Nelson Ned y Armando Manzanero por @Ed_M_Undo



Armando Manzanero inicia un solo de piano de 29 minutos, el patucho estaba en su gloria. Sus diminutos dedos ultrajaban el marfíl de las teclas del piano vertical de la casa marca E. Pitzer. El estruendoso vendaval de bemoles y disfonías parecían provenir de un gigante, era una época en la que el intelecto se comparaba con la estatura. Sus pies apenas alcanzaban los pedales con los que se sublima el sonido del aparato que llevan el sonido a la siguiente dimensión, a nuestro antojo. Era una insinuación trepidatoria, no sabías que te había agarrado, solo querías sollozar, llorar en público y un infrenable deseo de abrazar a alguien, a quien se tenga al frente.

El patucho estaba en su salsa. Había emprendido un viaje introspectivo en sus altibajos emocionales de toda su vida, albergaba en esos recuerdos la posibilidad de arrastrar el piano hasta la remembranza y volverlo a analizar esta vez como un doctor describiría un síntoma, y me refiero a emprendimiento porque en 23 minutos seríamos otras personas, mejores personas, sin alteregos, emancipadas del ruido de la ciudad, el que solo deja dormir ciertas noches, sin apetencias. Equidistantes del camino, nos perdíamos al mando de la travesía que habíamos iniciado al escuchar la primera nota de ese solo. Fue un Mi y duraría toda la vida.

El patucho la rompía. No se detenía, el ambiente era placentero y había hecho que todos salgamos a bailar, como flash mob empezamos al mismo tiempo una danza a destiempos, apretada, un contorneo sideral, una tendencia oscilatoria, los cuerpos imitan la traslación de los astros, el camino venidero. Cuando ya no podíamos más del éxtasis al que se sometían nuestros sentidos, aparece Nelson Ned, con su trajecito color rojo como Leprechaun daltónico
y voz de otro cuerpo. La naturaleza no se había equivocado.

Juntos no hacían una persona alta sin embargo, alejado de todo sentido jodorowskiano, juntos parecían más.

Entra Celia Cruz.

Fin.

sábado, 21 de junio de 2014

Ébola (Últimos días es fin de mes), genial microcuento por @Ed_M_Undo



Y nos extinguimos. Nos agarró un virus que hizo ver el Ébola como una simple alergia a los camarones. La gente se murió en gajo. Casi no quedamos vivos. Era tan rápida y fulminante que solo te daba tiempo para escribir un último tuit. Así que las redes sociales se convirtieron en lápidas de reciente muertos que daban instrucciones como tomar todo su dinero, donde encontrar joyas, cómo abrir la caja fuerte, donde había dinero escondido, contaban sus peores pecados y sus más oscuros secretos. Nos convertimos en los últimos de nuestra especie con un aura noir de conocer vida, pasión y muerte de cada conocido. Los desconocidos lo hacía interesante, pero de un amigo o un ser querido podía caer como shock. Pero eso es una larga historia. En los últimos días nos reuníamos a compartir que habíamos aprendido de la nueva atmósfera en la que vivíamos. 

Los últimos días, que hace referencia al fin de mes.

domingo, 15 de junio de 2014

Vestido negro por @bebaferreira

Que manera de ser hermosa, que manera de ser tu, cuando estas corriendo eres hermosa y cuando te quedas quieta también, siendo tu misma aun eres hermosa.

Que manera la mía de verte, que manera de buscarte y que manera la tuya de decirme que te deje. Que tienes a otro dices, que te toca y te hace sonreír; pero también puedo tocarte, ¿tocarte? eso es solo el comienzo, podría peinarte y verte a los ojos, y luego quitarte ese vestido negro y ponérmelo solo para ver como se ve en mi y luego te toca peinarme y luego te irás.

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jueves, 5 de junio de 2014

Ana y Ana por @bebaferreira

Ana sintió que la observó toda la noche, mientras bailaba, reía y cuando se iba le sonrió. Esa sonrisa llevó a otros sucesos que no conviene mencionarlos por respeto a nuestros lectores, pero Ana sintió desde la Luna nueva al nuevo amanecer. Ana despertó junto a ella, se vistió tranquila, guardó ese amanecer y se fue, sin dejar rastro alguno.

¡Ay Ana!

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martes, 3 de junio de 2014

La alquimia de los mortales por @Ed_M_Undo

Pienso en un pasado oscuro, de pocas horas de vida, de mucho trabajo y de la vida sin electricidad. Volver atrás a lo recóndito, donde no haya electricidad, esa luz de noche. El primer hackeo que hicimos al cerebro que nos dio Dios fue el ver de noche. No nacimos para ello. Dios nos hizo para que no veamos en la noche. Como una vez me dijera Temuera Pontenegro "La verdadera historia es que el mundo sólo dura 5 mil años, que siempre al último segundo antes de su desaparición alguien encuentra un portal en el que viajamos en el tiempo y volvemos a repetir la historia, esta vez más rápido, mientras menos durmamos más viviremos".

Temuera era un shamán que había repetido demasiadas veces la vida como para saber todo lo que iba a pasar siempre. 

Fue nuestro gurú del viaje en el tiempo en los días más felices de mi vida junto a Virginia Silent, Temuera y los 11 días junto a Ian Tate, al que rescatamos del limbo y asistimos su retorno a su segunda realidad, verán, Ian pertenecía a otro plano terrestre.