miércoles, 14 de abril de 2010

la crisis de tierras infinitas

De esta séptima permanencia, Eurasia era la única dimensión que existía hasta el descubrimiento de América, o Tierra 2 para los entendidos. Alemania combatió por tener su propia constelación de dimensiones, era como mezclarse con ellos mismos, ellos se volvieron arios y en su mundo, dominaban, todas las imágenes que nos llegaron atrasadas y manipuladas de la Segunda Guerra Mundial pertenecen a otra dimensión, todo aquel que estuvo en esta guerra pudo ingresar por breve tiempo a otra dimensión, y muchos pudieron salir de ella. La manera de comprobar que no ocurrió aquí (pero recordemos que sí aconteció en el mismo lugar en otra dimensión es viajar al lugar donde ocurrió esta guerra, no hay huella. Nagasaki, Dresden, Dinamarca está inmaculados de este lado del espejo.

A cambio del manejo de riquezas del tercer rincón productivo del planeta, el único que no quedaba en Eurasia, se contrató a los Iluminati, Templarios y a los Masones para crear un ejército capaz de controlar cualquier brote independista dimensional, la última hazaña ocurre mientras en las cuevas del desierto de Afganistán, algunas cuevas son como el agujero del conejo de Alicia de Charles Lutwidge Dodgson, el pseudónimo de Lewis Caroll (o Caroll Lewis?).

Ahondaré más en el tema, el cansancio ha regresado a mi luego de muchas lunas.



Ed. M. Undo

martes, 13 de abril de 2010

yo dios (vol1)

Al comienzo, no existía nada, absolutamente nada. La nada es color bermellón terriblemente oscuro o como sería llamado más adelante, color negro. Aún no había sentido en la luz y la oscuridad, pues éstas sólo se apreciarían el día en el que se desconozca la soledad, mientras tanto, daba igual tener los ojos cerrados.

Desperté con los ojos cerrados y no los abrí por más de 50 millones de años, en la soledad. Lo primero que aprendí fue a escuchar, luego, como la estatua filosófica de Borges, descubrí el olfato.

Existí en silencio hasta que descubrí que había empezado a existir desde algún tiempo. Algo había sucedido a mi alrededor, algo estaba floreciendo, tardaría 1 millón de años más en darle nombre, y el día que lo haga todo adquirirá un sentido más apremiante de la supervivencia, el nombre que le di, el nombre que le di fue vida.

(Fragmento inicial del decálogo de (este) universo, libro 7, escrito por Ed M. Undo, 1979)