miércoles, 30 de julio de 2014

Sueños rotos vol1. por @Ed_M_Undo

Primero llegamos a alguna hosteria de la Sierra, por el recuerdo del acento podría ser una aquapark cerca de Zigzig. Conduzco un Volkswagen Escarabajo y llego a un paradero, pedimos comida y en el interior de un iglú gigante hecho de adobe encuentro una edición de la revista BG de mil páginas que nunca salió a la venta que viene envuelta en un poncho tejido por una tribu milenaria inca. Nos vamos sin comer, ni nos robamos una sola revista.

Existe una ruta panorámica que nadie conoce en la sierra. El camino es de plástico y todo está iluminado de neón, se conduce mejor en las horas mágicas de la tarde, solo tiene un carril. Cada pueblo se separa por una gran colina que obliga a mi escarabajo a subir casi a 90 grados. Tenemos hambre, nos detenemos en media colina, nos bajamos por las ventanas. Las llaves se caen detrás de la llanta, una niña mete su cabeza debajo del carro para recogerlas. Olvida lo peligrosos que son los escarabajos.

martes, 29 de julio de 2014

Luna Lunera por @bebaferreira


Ese lunar que tienes justo arriba de tu labio, que me hace verlo mientras hablas, que no me deja poner atención a ni una de tus palabras y que me hace imaginarte junto a mí. Ese lunar que me hace recordarte mientras camino, que no me deja perderte en ni un sentido, que trae consigo el recuerdo de tu sonrisa y que imagino que espera ver la mía. Ese lunar que merece ser visto, que me entretiene mientras te miro y que hoy lo compartes conmigo, ese lunar que tienes justo arriba de tu labio.

(conoce más a nuestra autora en www.twitter.com/bebaferreira y http://bebaferreira.blogspot.com )

sábado, 19 de julio de 2014

El orden en el que me enamoro por @DavidFernandoC


Deslumbramiento, admiración, ilusión, enamoramiento, amor. En ese orden. Son parte causalidad y parte timing.
Mientras más viajo, avanzo y aprendo, más complicado pasar cada una de las etapas.
Es casi como un juego de mesa. Avanzar dos pasos, retroceder uno. Un serpientes y escaleras de la vida. A veces volvemos a pasar por las casillas que pasamos y a veces saltamos a otro tablero.

Debería diseñar un juego para que la gente aprenda psicología del comportamiento.

(más de David Chang en www.cowbird.com/davicho)

jueves, 17 de julio de 2014

Mi cielo por @bebaferreira


Érase una vez en una lejana galaxia una mujer que no hacía más que jugar, siempre supo donde encontrarme, fue mi norte y mi tiempo; muchas veces la perdía de vista, pero tan sólo bastaba mi grito para que su corazón lleno de envidia se dejara atravesar de lado a lado por mis caricias, que no hacían más que funcionar como una espada de doble dilo y que no tenía contemplación.

Érase una vez en una mente lejana, un rostro en el que no hacía más que demostrar constelaciones y que a veces conseguía algo más que su sonrisa y así me devolvía la alegría, procurando algo más que felicidad y provocando que no la pueda olvidar.

(conoce más a nuestra autora en www.twitter.com/bebaferreira y http://bebaferreira.blogspot.com )

jueves, 10 de julio de 2014

Retrospectivas de noches siniestras por @ArturoV8


Revisando su sangrienta pata de cabra, el Padre Desmond, observaba al nuevo integrante del transporte blindado. Un latino atormentado de cabello castaño que portaba una espada samurai y una escopeta, pero tras un enfrentamiento entre él y Marlon, el líder afroamericano del grupo, fue esposado a uno de los pasamanos del vehículo. Cuando el Padre le preguntó en español su nombre, el latino se sorprendió y respondió: “je, Ulises y ¿tu?”.

El caído predicador respondió, “me puedes llamar Padre Desmond… ¿cómo es que has sobrevivido tú solo todo este tiempo?”, Ulises se disponía a responder cuando el chillido de las llantas cortó la conversación. Pronto el bus blindado comenzó a perder el control y tras volcarse todo se oscureció temporalmente para sus pasajeros.

El predicador recuperó el conocimiento pocos minutos después, podía escuchar un sonido mecánico dañado, pero tras escuchar la voz de Ulises discutiendo con Marlon, “¡libérame!... je, puedo pelear”, este abrió los ojos. El afroamericano consideraba la propuesta mientras observaba a su familia y a las criaturas que se acercaban al vehículo con movimientos torpes y bruscos. El doctor los miraba por una de las ventanas, “se están acercando, si vamos a hacer algo hay que hacerlo ahora”.

El Padre se reincorporó con ayuda de Nikki, una joven de cabello café corto que portaba una Uzi, la mujer vestía el uniforme de un oficial SWAT, pero sin el equipo de protección, también sabía lo que hacía en este nuevo campo de batalla. Mientras se levantaba sentía un dolor en su torso, observó a Ulises esposado, “Marlon libéralo… sino todos vamos a morir aquí…", dijo el predicador.

El fornido afroamericano, lo observó con los ojos entrecerrados “tú responderás por él…", y le lanzó la llave de las esposas. Pronto el extraño latino extendió su mano señalando su espada y armas, reacio Marlon le entregó una pistola y la espada, "no hagas nada de lo que te puedas arrepentir…”, dijo mientras se la entregaba.

Cuando el grupo estaba preparado para salir, Marlon hizo un conteo, su esposa e hija, estaban cogidas de la mano. Nikki rastrilló su Uzi, el sacerdote escocés recogió su pata de cabra mientras el doctor Rogers cargaba su mochila, el latino, Ulises, desenvainó su espada. Tras quitar el seguro de la puerta trasera la abrió de una patada, Nikki y el latino salieron primero, mientras el Padre Desmond, y el doctor Rogers alejaban a la familia de Marlon, la oficial liberó una ráfaga corta con su arma a los no muertos que los rodeaban por todos los flancos, las balas impactaron en el torso y cuello de los apestosos. “¡Apunta alto! A la cabeza”, rugió Marlon al tiempo que disparo su pesado revólver, el tiro estalló en la frente de venas moradas manchada con sangre vieja de un no muerto que antes había sido un mesero. Nikki movió el ángulo y midió sus disparos, pronto comenzó a tumbar a los apestosos más cercanos al grupo, pero ante sus disparos la horda de no muertos cambió de rumbo hacia ella.

Al ver la acción y el lugar donde se encontraba, Ulises se debatía entre huir, matar a Marlon antes que él lo mate, o ayudarlos. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando dos manos frías lo agarraron por el antebrazo, podía sentir como los dedos podridos de una señora con delantal de carnicera se hundían en su piel y antes que lo haga el latino se liberó con una patada improvisada, el movimiento los separó y Ulises retrocedió torpemente, de inmediato realizó un corte vertical en la cara de la señora no muerta y esta se desplomó en el piso como un pedazo de carne “je” murmuró el latino.

Ulises observó la situación, el bus blindado se había chocado contra un camión de carga, y varios apestosos salían de callejones y locales destruidos, de repente vio una figura familiar que cargaba una pistola plateada en su cinturón, “je, parece que no lo lograste…”, musitó el latino cuando reconoció a su colega de trabajo, Ned, su amigo de vicios con quien se encontró mientras huía por el local de plantas donde trabajaban, pero en su escape fue mordido por el gerente y posteriormente se separaron.

En ese momento Ulises apuntó su 9mm hacia la cabeza de su ex-amigo, este seguía caminando hacia él con lentas y descoordinadas pisadas, “lo siento Ned, esto es por los viejos tiempos, je…", cuando estaba un poco más cerca Ulises disparó a la cara, el cuerpo de Ned se estremeció y pronto cayó al suelo. El latino podía ver como salía un chorro de oscura sangre de la parte trasera de la cabeza de su amigo, “rápido el centro comercial está cerca”, gritó Marlon y de inmediato comenzaron a correr, mientras los no muertos se acercaban hacia ellos.

martes, 8 de julio de 2014

Por no saber bailar por @bebaferreira


A Carlos le supo a nada verla bailar con otro, se sentó en la última mesa sin perderla de vista; veía como giraban, reían y como Guillermo ponía sus manos alrededor de su cintura, no tenía si quiera intención a pestañear. Tragó saliva y se fue a lavar la cara para despejarse un rato, regresó para seguir persiguiéndolos con la mirada, estaba a una distancia decente, donde podía disimular mientras los veía. Guillermo la apretó contra su cuerpo y recogió sus cabellos, el pobre de Carlos no sabía donde meter sus ganas, del coraje pasó a la tristeza y viceversa.

Guillermo y ella habían bailado toda la noche, él no pretendía dejar de girar. Ella le suelta las manos y se despide del tipo con el que había bailado y que sin interés alguno lo dejó sin siquiera preguntar su nombre, sin una sola sonrisa. Ella no tenía como ir a casa y Carlos sabía perfectamente donde vivía.

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miércoles, 2 de julio de 2014

Disco del año 2015 para Cerati, microficción por Ed M. Undo


En su primer día de trabajo, Mario llegó antes de tiempo a Vuelta de Obligado 3165. Llevaba buscando trabajo 2 meses en Buenos Aires cuando consiguió ser enfermero de apoyo de un equipo que atiende a un cliente especial. Eso es todo lo que especificaba su contrato.

La Clínica Alcla acababa de cumplir 45 años, el 2015 lo había recibido bien, con novia, un departamentito en Recoleta y desde junio iba a dedicarse a lo que tanto amaba: trabajar para pagar el estudio en el que grabaría su disco. Verán, Mario es músico, lo de enfermero es solo un trabajo para pagar las cuentas.

Cuando vio a Gustavo Cerati no pudo contener las lágrimas, lo acababan de sentar en un sillón inmenso, frente a una ventana para que reciba el sol. Estaba flácido, no parecía dormido, parecía muerto. Los primeros días sintió más miedo que respeto. Quería renunciar, vomitar, huir y nunca verlo más. Uno de sus ídolos yacía vegetal en la habitación en la que parecía anochecer más temprano que las demás. Cerati yacía en su siesta eterna. Conectado a un aparato que medía su ritmo cardíaco por si se les moría sin avisar.

Mario fue el primero en notar algo imperceptible para quien no es músico. El palpitar de Cerati marcaba distintos ritmos, pequeños sobresaltos nanométricos. Mario fue el único en escucharlo. Se dio cuenta al tercer día que Cerati se veía menos muerto y más dormido, como haciendo lo que más le gusta hacer un hombre que no puede hacer nada. Cerati estaba marcando tiempos, creando música en su sueño.

El cuarto día Mario trajo su guitarra y fue despedido. Pero los 10 minutos que se sentó junto a Cerati fueron suficiente, esa noche publicó en su cuenta de youtube el testimonio y en el minuto 3:44 tocó 1 minuto de música que le había regalado Gustavo.

Al siguiente día todo el planeta hablaba de eso, era tendencia en Twitter. Músicos legendarios se reunirían para escuchar lo que Cerati había estado componiendo desde su lecho. Su habitación en la clínica se convirtió en un estudio de grabación, Cerati lucía contento sin expresarlo. La primera canción estuvo compuesta en 6 semanas. Cada día el músico daba segundos valiosos de composición musical. Primero sus latidos marcaron la guitarra, luego la batería y por último el bajo.

Su primer disco desde el limbo se llamó Coma.