jueves, 19 de enero de 2017

Ian Tate Polanski: Iniciación por @Ed_M_Undo



Mucho ha pasado en la vida de Ian Tate. En su éxodo, una fracción de vida la consumió entre miles de libros en Cuenca, criado por un matrimonio de bibliotecarios ciegos. Ya para cuando su visión se consumía, habían leído cien mil libros cada uno. Tenían tanto vocabulario que parecía que Cervantes había absorbido parte de su militancia de letras perdidas. Sánscrito de escritorio.

Ian ha sido contratado por una extraña organización para formar parte de un grupo de bizarros personajes que parecen salidos de una historia perdida de Edgar Allan Poe. Para decidirse realizó el único viaje para conocer la opinión de quien piensa que es su padre: Roman Polanski. Se encontraron en París, se dieron el único abrazo de la vida, Roman le dijo que olía a su madre. Ian asume que él es su padre por que estaba casado con su madre, pero en su vida ya conoció a un medium que quiso ponerlo en contacto con su madre en el pasado y cada sesión espiritista era un relato de alguna orgía de alcohol, drogas, sexo y por una aún extraña razón, de leer historietas. Ian no quiso seguir investigando el pasado de su madre, se quedó con el pasatiempo de los comics pero se dio cuenta que por lo menos 10 hombres podrían ser su verdadero padre. Roman a veces se limitaba a filmar las orgías.

Ian está nervioso. Nunca ha pertenecido a ningún grupo, siempre ha sido un outsider y como descubrirá el lector, lo seguirá siendo. Busca un momento de claridad para mirarse al espejo y decirse que es un buen momento para conocer amigos, que los ciegos que lo criaron nunca le demostraron amor, ni ellos se demostraban afecto, excepto cuando llegaban cajas de libros nuevos, la mujer abría los libros y el esposo besaba y olía sus manos. Los libros Braille siempre olían a aceite de alguna prensa. Ian puede leer Braille. Además sabe leer y escribir sánscrito.

Ian es guiado a un cuarto a media luz, se escuchan voces, carcajadas. Al ingresa, todo es silencio. Vestidos con trajes victorianos, otros con jeans y sacos de pana, 5 seres de toda forma y color lo contemplan extasiados. Él es el nuevo del grupo, lo llevan esperando un año. El señor Demetrio Burguesí aún no llega para hacer las presentaciones. Ian camina despacio, su incapacidad de establecer relaciones lo anima a acercarse a la más extrovertida del grupo, la señorita Virginia. Su larga cabellera rubia y su vestido de cuero hasta las botas repele cualquier proximidad. Ella le sonríe y le pide que espere a Burguesí, que no es tan fácil entender el por qué de tan especial grupo en un momento como este.

Virginia se acerca a Ian y habla a su oído. Le comenta que se necesitan 7 miembros para proseguir con la iniciación. Ian levanta la mirada y realiza un movimiento con los ojos que nunca volverá a olvidar. La escuálida niña bien vestida, con el pelo relamido que culmina en una trenza de casi su tamaño. El señor un poco pasado de libras, con sus enormes brazos al descubierto, un tatuaje de lo que parece ser un escudo en su antebrazo derecho, un pulsera de cuero gastada en la muñeca izquierda fuma un cigarro carmesí. El indio con su mirada de desconfianza, su morral a media cadera, sus dedos que parecen realizar un extraño lenguaje de señas. La chico de pelo negro que mira a la nada con su chaqueta de cuero, parece hablar en silencio.

Ian nota que aún falta un personaje pero de pronto se abre la puerta e ingresa el señor Burguesí. Este alaba ver a tan exquisita asamblea de personas extraordinarias. Les dice que cada uno de ellos ha realizado un extenso tránsito en su vida solo para llegar a este salón, que desde ya atesora con toda su vida este instante. Que quisiera que un fotógrafo documente esta legión que le ha tomado años ensamblar. Se acerca a Ian y le pide paciencia, que esta noche en la cena le explicará para que ha sido contratado. Le dice al oído que es el último y más preciado integrante que le hacía falta para emprender un extenso y complejo viaje.

Ian levanta la cabeza y le hace saber que solo hay 6 personas del equipo, que según había entendido él sería el séptimo. Burguesí le pide que observe a la niña, que lo haga muy concentrado. La pequeña María Paz ha nacido para la guerra, dice el señor. Ian no entiende, ve a la más inocente niña, cansada y somnolienta. Mire bien. ¿No se da cuenta que junto a ella está el espíritu del gran Rumiñahui? Al nacer, todos los shamanes vinieron a la ciudad de Quito, nunca se ha visto tan extraño despliegue de seres cuasimutantes. Todos vinieron a rendir pleitesía a la recién nacida, por que en ella se encontraba atrapada el alma del gran Rumiñahui. Ian lo mira excéptico, no puede creer lo que le dice, se arrepiente de haber aceptado este negocio. Burguesí insiste que le crea, que en su momento el espíritu tomará el lugar de la niña y se verán los 7 únicos, 7 integrantes del más extraño grupo de seres que han caminado juntos en la tierra. Los 7 imposibles les dice, a pesar que usted solo vea 6 al espejo.

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