La sociedad la llamó valiente,
sus hijas la consideraron una mujer ejemplar, y a pesar de que sus suegros la etiquetaron
de asesina, el juez la declaró inocente; no sin antes lanzarle un guiño con su
ojo derecho, mientras María le echaba una mirada coqueta.
(conoce más de nuestro autor Samir Issa en www.escritosdesamir.blogspot.com )
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