domingo, 22 de junio de 2014

Vendaval: Cómo se conocieron Nelson Ned y Armando Manzanero por @Ed_M_Undo



Armando Manzanero inicia un solo de piano de 29 minutos, el patucho estaba en su gloria. Sus diminutos dedos ultrajaban el marfíl de las teclas del piano vertical de la casa marca E. Pitzer. El estruendoso vendaval de bemoles y disfonías parecían provenir de un gigante, era una época en la que el intelecto se comparaba con la estatura. Sus pies apenas alcanzaban los pedales con los que se sublima el sonido del aparato que llevan el sonido a la siguiente dimensión, a nuestro antojo. Era una insinuación trepidatoria, no sabías que te había agarrado, solo querías sollozar, llorar en público y un infrenable deseo de abrazar a alguien, a quien se tenga al frente.

El patucho estaba en su salsa. Había emprendido un viaje introspectivo en sus altibajos emocionales de toda su vida, albergaba en esos recuerdos la posibilidad de arrastrar el piano hasta la remembranza y volverlo a analizar esta vez como un doctor describiría un síntoma, y me refiero a emprendimiento porque en 23 minutos seríamos otras personas, mejores personas, sin alteregos, emancipadas del ruido de la ciudad, el que solo deja dormir ciertas noches, sin apetencias. Equidistantes del camino, nos perdíamos al mando de la travesía que habíamos iniciado al escuchar la primera nota de ese solo. Fue un Mi y duraría toda la vida.

El patucho la rompía. No se detenía, el ambiente era placentero y había hecho que todos salgamos a bailar, como flash mob empezamos al mismo tiempo una danza a destiempos, apretada, un contorneo sideral, una tendencia oscilatoria, los cuerpos imitan la traslación de los astros, el camino venidero. Cuando ya no podíamos más del éxtasis al que se sometían nuestros sentidos, aparece Nelson Ned, con su trajecito color rojo como Leprechaun daltónico
y voz de otro cuerpo. La naturaleza no se había equivocado.

Juntos no hacían una persona alta sin embargo, alejado de todo sentido jodorowskiano, juntos parecían más.

Entra Celia Cruz.

Fin.

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