jueves, 10 de julio de 2014

Retrospectivas de noches siniestras por @ArturoV8


Revisando su sangrienta pata de cabra, el Padre Desmond, observaba al nuevo integrante del transporte blindado. Un latino atormentado de cabello castaño que portaba una espada samurai y una escopeta, pero tras un enfrentamiento entre él y Marlon, el líder afroamericano del grupo, fue esposado a uno de los pasamanos del vehículo. Cuando el Padre le preguntó en español su nombre, el latino se sorprendió y respondió: “je, Ulises y ¿tu?”.

El caído predicador respondió, “me puedes llamar Padre Desmond… ¿cómo es que has sobrevivido tú solo todo este tiempo?”, Ulises se disponía a responder cuando el chillido de las llantas cortó la conversación. Pronto el bus blindado comenzó a perder el control y tras volcarse todo se oscureció temporalmente para sus pasajeros.

El predicador recuperó el conocimiento pocos minutos después, podía escuchar un sonido mecánico dañado, pero tras escuchar la voz de Ulises discutiendo con Marlon, “¡libérame!... je, puedo pelear”, este abrió los ojos. El afroamericano consideraba la propuesta mientras observaba a su familia y a las criaturas que se acercaban al vehículo con movimientos torpes y bruscos. El doctor los miraba por una de las ventanas, “se están acercando, si vamos a hacer algo hay que hacerlo ahora”.

El Padre se reincorporó con ayuda de Nikki, una joven de cabello café corto que portaba una Uzi, la mujer vestía el uniforme de un oficial SWAT, pero sin el equipo de protección, también sabía lo que hacía en este nuevo campo de batalla. Mientras se levantaba sentía un dolor en su torso, observó a Ulises esposado, “Marlon libéralo… sino todos vamos a morir aquí…", dijo el predicador.

El fornido afroamericano, lo observó con los ojos entrecerrados “tú responderás por él…", y le lanzó la llave de las esposas. Pronto el extraño latino extendió su mano señalando su espada y armas, reacio Marlon le entregó una pistola y la espada, "no hagas nada de lo que te puedas arrepentir…”, dijo mientras se la entregaba.

Cuando el grupo estaba preparado para salir, Marlon hizo un conteo, su esposa e hija, estaban cogidas de la mano. Nikki rastrilló su Uzi, el sacerdote escocés recogió su pata de cabra mientras el doctor Rogers cargaba su mochila, el latino, Ulises, desenvainó su espada. Tras quitar el seguro de la puerta trasera la abrió de una patada, Nikki y el latino salieron primero, mientras el Padre Desmond, y el doctor Rogers alejaban a la familia de Marlon, la oficial liberó una ráfaga corta con su arma a los no muertos que los rodeaban por todos los flancos, las balas impactaron en el torso y cuello de los apestosos. “¡Apunta alto! A la cabeza”, rugió Marlon al tiempo que disparo su pesado revólver, el tiro estalló en la frente de venas moradas manchada con sangre vieja de un no muerto que antes había sido un mesero. Nikki movió el ángulo y midió sus disparos, pronto comenzó a tumbar a los apestosos más cercanos al grupo, pero ante sus disparos la horda de no muertos cambió de rumbo hacia ella.

Al ver la acción y el lugar donde se encontraba, Ulises se debatía entre huir, matar a Marlon antes que él lo mate, o ayudarlos. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando dos manos frías lo agarraron por el antebrazo, podía sentir como los dedos podridos de una señora con delantal de carnicera se hundían en su piel y antes que lo haga el latino se liberó con una patada improvisada, el movimiento los separó y Ulises retrocedió torpemente, de inmediato realizó un corte vertical en la cara de la señora no muerta y esta se desplomó en el piso como un pedazo de carne “je” murmuró el latino.

Ulises observó la situación, el bus blindado se había chocado contra un camión de carga, y varios apestosos salían de callejones y locales destruidos, de repente vio una figura familiar que cargaba una pistola plateada en su cinturón, “je, parece que no lo lograste…”, musitó el latino cuando reconoció a su colega de trabajo, Ned, su amigo de vicios con quien se encontró mientras huía por el local de plantas donde trabajaban, pero en su escape fue mordido por el gerente y posteriormente se separaron.

En ese momento Ulises apuntó su 9mm hacia la cabeza de su ex-amigo, este seguía caminando hacia él con lentas y descoordinadas pisadas, “lo siento Ned, esto es por los viejos tiempos, je…", cuando estaba un poco más cerca Ulises disparó a la cara, el cuerpo de Ned se estremeció y pronto cayó al suelo. El latino podía ver como salía un chorro de oscura sangre de la parte trasera de la cabeza de su amigo, “rápido el centro comercial está cerca”, gritó Marlon y de inmediato comenzaron a correr, mientras los no muertos se acercaban hacia ellos.

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