lunes, 4 de agosto de 2014

Chabela, sueños roto # 2 por @Ed_M_Undo


La casa siempre resuena. Es su estructura de madera soportada por cemento. Las escaleras estéreo anuncia siempre cada paso estridente. La casa de mi abuela tenía 4 pisos. En la planta baja vivían un familiar, parecía que eran muchos. La madre usaba lentes de fondo de botella, parecía siempre tener un aura espectral. Las chicas, que son mis primas dormían en una litera. Un hermano era misionero, antes había sido dj. Otro hermano era mayor, pero yo no sabría distinguir de edades, era demasiado joven. Niño.

Los sábados la gente del barrio se reunía en una mesa a jugar cartas, bebían cerveza que provenía de la tienda de la esquina.

En el segundo piso vivía mi abuela, en todo el piso, habían 2 balcones, las separaciones de los cuartos no llegaban al techo. Había un solo baño al final del pasillo, la puerta tenía un cerrojo desde adentro. Lo que más recuerdo son sus armarios. Eran de todas las formas y maderas. Habían armarios de madera rojiza con un espejo en una puerta, un armario verde turquesa alto, armarios chinos, armarios tan grandes que podíamos jugar a las escondidas y yo meterme en uno.

Nunca tuve claustrofobia. La dirección de la casa siempre me pareció musical, rimaba: Rumichaca y Benalcázar.

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