miércoles, 6 de agosto de 2014

La noche del saludo ausente por @lucy_molly


Todo era reconocible; lugar, gente, ambiente.

Llegar, sentir una mirada, y proceder a esquivar, y por dentro desintegrarme, la taquicardia me recordaba que si estaba viva.

La gente te nombraba señalando esperando que yo me acercara, y mi escudo era esquivar, con sonrisa fingida incluída (qué amargo)

Pasarnos, desfilarnos uno al otro y no sentir el aire fluir, la tensión más perfecta del anonimato nunca antes experimentado por mi.

Actuar y aprender a asimilar todo eso en una noche, y seguir ahí porque de algo hay que agarrarse para poder fingir.

Llorar no iba solucionar nada, había que seguir, dándole resucitación al corazón en vivo y sin playback. Y lo logré.

Lo que no logré fue evitar desmoronarme, asombrarme por lo que pasaba, era tan crudo tan animal. No dejo de pensar, no dejo de seguir incrédula, escéptica.

¿En qué momento se nos olvidó nombrarnos?

¿Todo eso pasó?

No hay comentarios:

Publicar un comentario